Las Grandes Revoluciones Nunca Fueron Gratis (ni tan espontáneas)
Las revoluciones, nos contaron, son estallidos de dignidad colectiva: el pueblo harto de la injusticia se levanta, las élites tiemblan, y la historia avanza un paso hacia la libertad. Así lo vimos en libros de texto, películas de banderas ondeando al viento y novelas donde los protagonistas mueren por ideales, no por contratos financieros. Pero, ¿de verdad fue así? ¿De verdad nadie puso el dinero necesario para armas, panfletos, logística y propaganda? ¿Nadie se benefició económicamente del caos que siguió? ¿Por qué cada supuesto giro «ideológico» termina favoreciendo a sectores empresariales específicos? ¿Y por qué siempre hay bancos, fondos y corporaciones que logran adaptarse milagrosamente a cualquier nuevo régimen? Esta categoría, «El Capital Tiene Memoria», no trata sobre negar el idealismo de quienes marcharon, lucharon o cayeron, sino sobre preguntar quién les puso la alfombra roja (o el barril de pólvora) para hacerlo. Porque tal vez no eran solo patriotas, sino también peones en partidas que otros jugaron desde sus despachos. Bienvenido al seguimiento del dinero detrás del mito.
¡Descubre lo que nunca te dijeron sobre quién financió tus revoluciones favoritas!