Los imperios traían libertad… ¡y tenían eslogan!
Todos hemos oído la historia: grandes imperios cruzaron océanos y continentes para llevar civilización, orden y progreso a los pueblos “atrasados”. Su misión era noble, su causa justa, su bandera ondeaba por ideales elevados. Pero ¿y si el lema de “civilización” fue el primer hashtag viral del colonialismo? ¿Y si aquellos carteles color sepia con conquistadores valientes y pueblos sonrientes fueron el primer gran ejercicio de branding geopolítico? ¿Es casualidad que la iconografía imperial se parezca tanto a una campaña publicitaria? ¿O es que siempre lo fue? Cuando en la escuela te mostraban mapas de expansión con flechas heroicas y promesas de modernidad, ¿te enseñaban también los contratos forzados, los recursos saqueados, las lenguas prohibidas? ¿Por qué las colonias eran “posesiones” y no “territorios ocupados”? ¿Quién decidió que la palabra “descubrimiento” tenía mejor prensa que “invasión”? La propaganda colonial no solo conquistó tierras: también capturó imaginarios. Y lo más brillante (y perturbador) es que lo hizo con la estética y la retórica que aún hoy asociamos con la verdad. Bienvenido a una categoría donde el imperio no solo te quitó la tierra… también te vendió la historia.
¡Descubre cómo te vendieron una invasión como si fuera un folleto turístico!