La historia —la que nos contaron en clase, en la peli que ganó todos los premios y en ese best seller que todos fingimos haber leído— parece sencilla: grandes hombres, grandes gestas, grandes monumentos. Conquistadores decididos, mártires sin dudas, visionarios tocados por la historia. Pero, ¿y si esas figuras en mármol y bronce no fueran más que decorados que ocultan a quienes realmente movieron los engranajes? ¿Dónde están los nombres de los esclavos que construyeron imperios? ¿Quién recuerda a los oportunistas de segunda fila que se colaron en la historia sin uniforme ni gloria, pero con el colmillo bien afilado? ¿Por qué nadie habla de los que no posaron para ningún retrato, pero sin los cuales los ilustres jamás habrían pasado del primer acto? Quizá la historia no es un desfile de bustos ilustres, sino una colmena de engranajes anónimos donde los héroes no llevan espada, sino cicatrices invisibles. Y si eso es cierto, ¿no sería hora de dejar de repetir la versión con pedestal y empezar a mirar a quienes nunca salieron en los cuadros?
¡Descubre la historia que siempre estuvo fuera de foco!